Pablo Casado Muriel | 13 de mayo de 2021
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, reflexionó sobre la posibilidad real de llevar a la práctica el modo de hacer política que propone Francisco en su encíclica.
El papa Francisco, en su encíclica Fratelli tutti, habla de la política con términos poco habituales en nuestros días: encuentro, diálogo, acogida, e incluso amor. Los broncos debates que vemos a diario en el Congreso o las recientes campañas electorales repletas de crispación nos hacen pensar que las palabras del Pontífice son mera utopía.
Frente a la visión pesimista que puede imperar, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, reflexionó con jóvenes de la ciudad sobre la posibilidad de llevar a la práctica lo que Francisco propone en su encíclica. Lo hizo utilizando ejemplos concretos, como los acuerdos alcanzados por todos los partidos políticos con representación en el ayuntamiento de la capital durante los primeros meses de pandemia. Para Almeida, aquellos días «todos los grupos, con nuestras diferencias, nos reconocimos como personas iguales que buscábamos lo mismo».
Ese «reconocerse» es fundamental en la Fratelli tutti y necesario para romper los círculos ideológicos en los que muchas veces queda encerrado el debate. El alcalde de Madrid habló de la necesidad de una política distinta, esa que evite que el ser considerados «uno de los principales problemas que detectan los ciudadanos» según las encuestas.
Los grandes cambios no pueden llegar si no se consigue superar el corto plazo y el afán electoralista. En este punto apareció una palabra muy utilizada últimamente y por la que el Papa también se pregunta en su encíclica: la libertad. Martínez-Almeida estableció una definición de libertad política basada en la posibilidad de tomar decisiones «que, aun disminuyendo tu popularidad, crees que es la adecuada». Un retorno al bien común frente a las «recetas inmediatistas de marketing» de las que habla Francisco.
En el encuentro entre el alcalde con los jóvenes, organizado por la Pastoral Universitaria de Madrid, la Delegación de Juventud de la Archidiócesis de Madrid y la Fundación Pablo VI, también se habló de la vocación. Repensar («rehabilitar», en términos del Papa) la vocación política es fundamental a la hora de afrontar los retos de nuestros días y eso implica superar una mentalidad individualista. Almeida considera que la clave está en asumir que la labor del gobernante está en trabajar para todos, «no pensando en fidelizar a aquellos que te han votado».
Hay que tratar de parecerse menos a la política y más a la calle. Creo que así mejoraremos todosJosé Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid
La apuesta por el encuentro que supere las ideologías se materializó en el modo en el que Martínez-Almeida concluyó el acto. El alcalde citó las palabras de Rita Maestre, portavoz de Más Madrid en el ayuntamiento, cuando en plena pandemia mostró su convicción ante los esfuerzos del consistorio por sacar adelante la grave situación que se vivía. Esa declaración pública encendió la mecha de esos Acuerdos de la Villa que unieron a todas las formaciones políticas y que fueron aprobados por unanimidad.
Una y otra vez utilizó el alcalde este gran acuerdo como ejemplo de una política diferente al servicio de toda la ciudad y reconoció que desde entonces los plenos del ayuntamiento son diferentes, con broncas y discrepancias, pero diferentes.
El PP protagonizó una dulce derrota al reconquistar el Ayuntamiento de Madrid y mantener la Comunidad.
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